domingo, abril 27, 2008

La Montonera - Joan Manuel Serrat

Este poema, escrito y musicalizado por el Nano, está dedicado a una amiga suya llamada Alicia, que militaba en Montoneros, y a quien Serrat conoció en el ’69 (una de las primeras veces que estuvo en Argentina) y a la que creyó, durante muchos años, asesinada por la Triple A.
Alicia salía por las noches pesadas de fines de los ‘60 y principios de los ’70, cuando el pueblo peronista clamaba por el regreso del Líder desde el exilio, a pintar «Luche y vuelve» en las paredes de Buenos Aires.
Es interesante la lectura que hace Serrat del fervor de aquella juventud y de cómo esas ganas genuinas de cambiar las cosas fueron usadas por sus dirigentes, incluido el viejo General (por aquellos años pasaron de ser una “juventud maravillosa” para ser “imberbes estúpidos” el 1º de mayo del ’74 cuando los echó de la Plaza de Mayo): Serrat cierra el poema con unos versos sacados de “El Cantar del Mio Cid”: “Qué buen vasallo sería /si buen señor tuviera”
Según se cuenta, Alicia sobrevivió a la Triple A y a la dictadura.
La canción nunca fue grabada comercialmente pero existen algunas versiones grabadas en forma clandestina (¡¡¡Yo la tengo, yo la tengo!!!)

Con esas manos de quererte tanto / pintaba en las paredes «Luche y Vuelve» / manchando de esperanzas y de cantos / las veredas de aquel sesenta y nueve... / Con esas manos de enjugar sudores, / con esas manos de parir ternura, / con esas manos que volvieron / la fe en la nueva primavera / bordaba la esperanza montonera.

Con esas manos que pintaban / la historia de celeste y blanco, / con esas manos de quererte tanto...

Cómo quie’ usted / que no ande de acá pa’ allá / cargando la primavera, / cayéndose y volviéndose a levantar / la montonera.

Qué buen vasallo sería / si buen señor tuviera.

Y cómo quie’ usted / que no ande de acá pa' allá / luchando la primavera, / cayéndose y volviéndose a levantar / la montonera.

Qué buen vasallo sería / si buen señor tuviera.

sábado, abril 19, 2008

El Bienaventurado - Armando Tejada Gómez

Aquel hombre de enfrente, / simple de corazón, / agonizó sus años / corriendo a tres empleos. / Un día, simplemente, / su simple corazón / le estalló en una esquina / y despertó en el cielo.
Dios, bonachón y antiguo, / le dio la bienvenida, / palmeándolo y diciendo: / Qué cuenta de la vida?
Y aquel hombre de enfrente, / simple de corazón, / se quedó boquiabierto / y preguntó: qué vida?

Juan Panadero - Manuel J. Castilla

Cuenta el Cuchi Leguizamón "Mire, nosotros teníamos un amigo, don Juan Riera, quien era propietario de una panadería en la calle Lerma. Manuel (J. Castilla) todas las mañanas le compraba el pan calentito, pero una vez al Barbudo lo dejaron sin trabajo en el diario El Intransigente, entonces no fue más. Pero al poco tiempo Rierita comenzó a llevarle personalmente el pan de la mañana. Manuel le dijo que no lo aceptaba porque no podía pagarlo y ¿sabe qué le contestó Rierita? ‘Antes cuando usted podía, venía y me compraba el pan, pero ahora que no puede es mi obligación llevárselo todos los días’. Mire qué filosofía."


Qué lindo que yo me acuerde/ de Don Juan Riera cantando / que así le gustaba al hombre / lo nombren de vez en cuando
Panadero Don Juan Riera / con el lucero amasaba / y daba esa flor de trigo / como quien entrega el alma
Cómo le iban a robar / ni queriendo a Don Juan Riera / si a los pobres les dejaba / de noche la puerta abierta
A veces hacía jugando / un pan de palomas blancas. / Harina su corazón, / al cielo se le volaba
Por su amistad en el vino / sin voz queriendo cantaba / Y a su canción como al pan / la iban salando sus lagrimas

miércoles, abril 09, 2008

Helpless (And in My Mind I Still need a Place to Go) – José Eugenio Sánchez

sobre esta cama donde se acostó el mar / y se guardaron las cenizas de alejandría / y las hormigas almacenaron las provisiones durante el verano del holocausto / y la más despreciable hechicera escribió su recetario para exterminar el mal de amor

en la mismísima cama donde la maja y las venus posaron / donde juana la loca veló a felipe el hermoso por siete provincias / donde el espíritu santo fecundó a maría

aquí en la única cama traficada por fenicios / que sirvió de mapa para barbarroja / y fue alfombra mágica del príncipe isthar

en la auténtica cama donde parió la primera elefanta en cautiverio / donde charly parker tocó por última vez el saxofón y a una mujer al mismo tiempo / y –años antes- jesús meditó su discurso del monte de los olivos / es donde entiendo que cada cama es un país que no existe / si no es con tu presencia

lunes, abril 07, 2008

El Sol de la Tarde - Constantino Kavafis

Este cuarto, qué bien lo conozco. / Ahora se alquila y también el de al lado / para oficinas comerciales. Toda la casa se convirtió / en oficinas de corredores, / de comerciantes, de compañías.

Ah, este cuarto, qué familiar me es.

Aquí cerca de la puerta estaba el canapé, / y delante de él una alfombra persa; / al lado la repisa con dos floreros amarillos. / A la derecha, no, enfrente, un armario con espejo. / En el centro la mesa donde escribía, / y las tres grandes sillas de mimbre. / Junto a la ventana estaba la cama / donde nos amamos tantas veces.

Aún deben estar en alguna parte esas pobres cosas.

Junto a la ventana estaba la cama; / el sol de la tarde llegaba hasta el medio.

...Las cuatro de la tarde, nos habíamos separado / sólo por una semana... Ay, / esa semana se volvió eterna.

Poesía Griega Moderna, 1997 Traducción de Horacio Castillo

domingo, abril 06, 2008

No, No Siempre fui tan Feo - Roque Dalton

Lo que pasa es que tengo una fractura en la nariz / que me causó el tico Lizano con un ladrillo / porque yo decía que evidentemente era penalty / y él que no y que no y que no / nunca en mi vida le volveré a dar la espalda a un futbolista tico / el padre Achaerandio por poco se muere del susto / ya que al final había más sangre que en un altar azteca / y luego fue Quique Soler que me dio en el ojo derecho / la pedrada más exacta que cabe imaginarse / claro que se trataba de reproducir la toma de Okinawa / pero a mí me tocó ruptura de la retina / un mes de inmovilización absoluta (¡a los once años!) / visita al doctor Quevedo en Guatemala y al doctor / Bidford que usaba una peluca colorada / por eso es que en ocasiones bizqueo / y que al salir del cine parezco un drogadicto desvelado / la otra razón fue un botellazo de ron / que me lanzó el marido de María Elena / en realidad yo no tenía ninguna mala intención / pero cada marido es un mundo / y si pensamos que él creía que yo era un diplomático argentino / hay que dar gracias a Dios / la otra vez fue en Praga nunca se supo / me patearon cuatro delincuentes en un callejón oscuro / a dos cuadras del Ministerio de Defensa / a cuatro cuadras de las oficinas de la Seguridad / era víspera de la apertura del Congreso del Partido / por lo que alguien dijo que era una demostración contra el Congreso / (en el Hospital me encontré con otros dos delegados / que habían salido de sus respectivos asaltos / con más huesos rotos que nunca) / otro opinó que fue un asunto de la CIA para cobrarse mi escapatoria de la / cárcel / otros más que una muestra de racismo antilatinoamericano / y algunos que simplemente las universales ganas de robar / el camarada Sóbolev vino a preguntarme / si no era que yo le había tocado el culo a alguna señora acompañada / antes de protestar en el Ministerio del Interior / en nombre del Partido Soviético / finalmente no apareció ninguna pista / y hay que dar gracias a Dios nuevamente / por haber continuado como ofendido hasta el final / en una investigación en la tierra de Kafka / en todo caso (y para lo que me interesa sustentar aquí) / los resultados fueron / doble fractura del maxilar inferior / conmoción cerebral grave / un mes y medio de hospital y / dos meses más engullendo licuado hasta los bistecs / y la última vez fue en Cuba / fue cuando bajaba una ladera bajo la lluvia / con un hierro M-52 entre manos / en una de esas salió de no sé donde un toro / yo me enredé las canillas en la maleza y comencé a caer / el toro pasó de largo pero como era un gran huevón / no quiso volver para ensartarme / pero de todos modos no fue necesario porque / como les iba contando yo caí encima del hierro / que no supo hacer otra cosa que rebotar como una revolución en África / y me partió en tres pedazos el arco cigomático / (muy importante para la resolución estética de los pómulos)
Eso explica por lo menos en parte mi problema.

sábado, abril 05, 2008

Sencillos Deseos - Gioconda Belli

Hoy quisiera tus dedos / escribiéndome historias en el pelo, / y quisiera besos en la espalda, / acurrucos, que me dijeras / las más grandes verdades / o las más grandes mentiras, / que me dijeras por ejemplo / que soy la mujer más linda, / que me querés mucho, / cosas así, tan sencillas, tan repetidas, / que me delinearas el rostro / y me quedaras viendo a los ojos / como si tu vida entera / dependiera de que los míos sonrieran / alborotando todas las gaviotas en la espuma. / Cosas quiero como que andes mi cuerpo / camino arbolado y oloroso, / que seas la primera lluvia del invierno / dejándote caer despacio / y luego en aguacero. / Cosas quiero, como una gran ola de ternura / deshaciéndome un ruido de caracol, / un cardumen de peces en la boca, / algo de eso frágil y desnudo, / como una flor a punto de entregarse / a la primera luz de la mañana, / o simplemente una semilla, un árbol, / un poco de hierba.

Jeremías - Jorge Fandermole

Jeremías,/ apretado de colores, sonreía; / desgajado de sollozos, / convirtiendo, trozo a trozo, / la tristeza en alegría. / Polvo y trapos, / él se desprende de su alma a manotazos... / Que se rían en las gradas / de su pena enmascarada, / que le devuelvan de su alma los pedazos. / Hubo un tiempo de cielos claros, / de vida que lo llevaba de la mano... / Y cobardeando, por lo bajo, / se arrancó el amor de cuajo / e hizo de su carpa / su cielo de payaso.
Madrugadas / son de lágrimas calientes en su almohada; / que cuando el público pide sonreir, / él llora y ríe / por su rosa de cachada. / Muy a prisa / buscó el vuelo que le devolvió la risa / de trapecio y pista en sombra / de mil niños que lo nombran, / de muerte que lo acaricia.
Silencio, / que envuelve gritos... / Y una niñá lo lloró / muy despacito... / Borró de miedo su intento / por volver a estar contento / y tener, del cielo azul, / un pedacito.


Este poema fue musicalizado por Juan Carlos Baglietto y está en su "Baglietto" de 1983

Señalada por el Indice del Sol - Rafael Bielsa

La recuerdo a mi madre algunas tardes / cuando cedo a la costumbre de la siesta / de chico era penado no dormirlas, / con terribles temporadas sin veredas. / La recuerdo a mi madre soberana, / sobre un inquieto trompo de polleras, / sonriente como bota que han lustrado, / victoriosa como trigo que verdea.
Se entendía con los gallos y la luna, / si quería que le dieran hora buena, / y para ella el día ya era viejo, / cuando el sol asomaba a sus tareas.
Era un garito oscuro la cocina, / y allí ganaba ella sus apuestas, / en un truco con naipes de lechuga, / o un billar culinario con ciruelas, / A los patios enormes de la infancia, / iba mi madre y allí dejaba huellas, / cada año hasta hoy las ha seguido, /el malvón para encontrar la primavera.
Ella hizo de la vida y sus suburbios, / una cuestión de amor y de pureza, / señalada por el índice del sol, / anda mi madre para que yo la vea.

A Solas con Uno Mismo - Osvaldo Ardizzone

Cuando hayas perdido la sinceridad, / cuando te vuelvas convencional / y claudiques hasta tus más queridas convicciones. / Cuando te elabores los argumentos / para justificar tus miserias / y además las justifiques… / Cuando sacrifiques la amistad por el poder, / cuando festejes el humor de los mediocres / como la pobre copera lo hace con sus clientes. / Cuando te acostumbres a juzgar a los demás / por la calidad de la ropa que visten… / Cuando mires concuspicencia la mujer del amigo / que te tiende la mesa, el techo y hasta el lecho. / Cuando juzgues despreciativamente a un borracho, / cuando te erijas en juez / inflexible de una prostituta. / Cuando te sientas respetuoso de la Ley / nada más que por que pagas tus impuestos al día… / Cuando te inclines por lo que te conviene / y no por lo que realmente sientas. / Cuando después de tres días consecutivos / adviertas que ni una sola vez levantaste los ojos al cielo. / Cuando digas con la voz impostada del aforista / que deben existir los pobres y los ricos, / los trepadores y los fracasados, / los dirigentes y los dirigidos / y agregues por la misma impostada presuntuosidad / que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen. / Cuando te refieras a la gente / y no te sientas incluido en ella. / Cuando pronuncies por primera vez / la palabra negro con asco, / cuando te sientas ufano y orgulloso de ser blanco, / cuando llegues a gerente / y además te sientas gerente, / cuando a fuerza de proclamar tu desprejuicio / desemboques sin escrúpulos en el crimen. / Cuando uses tus tarjetas en los velorios / para que nadie dude tu puntualidad… / Cuando entones canciones de protesta / porque está de gran moda cantarlas. / Cuando tus más queridos sueños literarios, / cuando la fresca espontaneidad de tu primer soneto / desemboca en la prosa gris y árida de un memorando ejecutivo. / Cuando asistas sin inmutarte a un desalojo. / Cuando proclames ante tus hijos tu brillante carrera de triunfador. / Cuando dejes de concurrir a los parques. / Cuando dejes de mirarle los ojos a las muchachas. / Cuando ya no te quede la posibilidad de un asombro, / ni un resto de candor ni una lágrima para una pena / ni el estremecimiento de un hermano / ni el valor para juzgarte en un gesto. / Cuando pierdas la facultad de arrepentirte, / Cuando seas incapaz de perdonar. / Cuando te sientas vacío para querer. / Cuando maquines por primera vez… / Entonces ¿de que te servirá el poder?, / ¿de que el dinero? / ¿de qué los amoríos fáciles? / ¿de que las frases huecas, de que tu vida? / Por que entonces con solo mirarte al espejo / Comprobarías que te has transformado en lo que se dice comúnmente ¡una mierda!